Miércoles, 6 de octubre de 2021

06/10/2021 4 min
Miércoles, 6 de octubre de 2021

Escuchar "Miércoles, 6 de octubre de 2021"

Síntesis del Episodio

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:

-Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.

Él les dijo:

-Cuando oréis, decid: «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación».


Hoy te has levantado un poquito antes de lo normal. Pero es que estás inquieto, el pasado finde ha sido intensito y notas que tienes sed de silencio, de soledad, de oración. Tú y tus amigos no habéis parado de recorrer pueblos y aldeas y, aunque ha sido precioso, ves que tu grupo de discípulos no se enteran de nada. Les cuesta seguirte y pillar todo lo que transmites.

Rezas al Padre, y te entran ganas de poder mostrarte en toda tu gloria ante ellos para que así de una vez por todas se enteren de qué va la vida. Pero no. Sonríes con paz y calma. El Espíritu que está sobre ti te susurra y te lleva. Imponer es la manera que tienen los hombres del mundo. Atraer en el amor es el modo de la Trinidad. Tu modo.

No hay nada que demostrar.
Sencillamente, todo es amar.
No quieres forzar los tiempos de tus amigos.
Porque por encima de todo, amas la libertad de cada uno de estos doce que te siguen. Eso sí que es sagrado.

Por eso rezas, y echas tiempo, Jesús. Y en cuanto te pones en oración, les amas más. Hoy ha sido genial, porque los apóstoles, aunque a veces la lían, no tienen ni un pelo de tontos. Y les flipa tanto verte rezar, que hoy se han acercado a ti. “Por favor, Jesús, enséñanos a rezar como tú lo haces”. Nunca han visto a nadie rezar así.

“¿Ves?” -escuchas como te dice el Espíritu- “No aprenden a fuerza de imponer, sino cuando ven que todo es verdad”

Tú, Señor, sonríes con la mirada y los labios. Les abrazas y, abrazándolos, les abres la intimidad de tu oración.

No es una oración premium.
No son palabras mágicas.
No te has pasado horas componiéndola para que sea bonita.

Es una oración que es verdad.
Lo que dices es verdad.
Es lo que tú vives.
Por eso tiene esa fuerza.

Porque los que te vemos, queremos ser como tú. Es imposible verte y no querer seguirte con todo. Nadie jamás me ha mirado así. Ni yo mismo me miro con tanto amor. Y me muero por seguirte, hacer lo que tú haces. Rezar como tú rezas. Esperar como tú esperas. Abrazar como tú abrazas.

Vivir de verdad.
Rezar y que sea verdad.

Escucho y veo a los discípulos rezando contigo. Me acerco feliz a vuestro grupo y junto a ti, musito con confianza:

Padre nuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros Tu Reino.
Hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.