Miércoles, 4 de agosto de 2021

04/08/2021 3 min
Miércoles, 4 de agosto de 2021

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Síntesis del Episodio

Mt 15,21-28: En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:

-Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.

El no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:

-Atiéndela, que viene detrás gritando.

El les contestó:

-Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.

Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas:

-Señor, socórreme.

El le contestó:

-No está bien echar a los perros el pan de los hijos.

Pero ella repuso:

-Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.

Jesús le respondió:

-Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.

En aquel momento quedó curada su hija.

Señor, ¡es que ni saliendo de Galilea te dejan tranquilo! Te imagino buscando un lugar apartado de tu incipiente fama, y el país de Tiro y Sidón era perfecto para ello. Hoy, como tantos de nosotros, te has ido de vacaciones con tus amigos.

Pero ¡qué movida! Nada más llegar te inoportuna esa mujer. ¿Sabes qué? Que estoy seguro que sabías que iba a pasar algo así. Por eso cuando la buena mujer te empieza a pedir, se te escapa una sonrisita entre los labios. Has venido a hacer la voluntad del Padre y quieres enseñar a tus amigos cómo se hace.

No es que sudes de la mujer cananea, ni que actúes como un borde, sino que estás enseñando a tus amigos cómo hay que vivir permanentemente, y más en vacaciones, que estamos en ambientes diferentes: de rodillas ante cada persona que se nos acerca y deseando servirla. Pero quieres que lo hagan ellos.

Por eso son tus discípulos los que tienen que pararte e interceden por la mujer para que tú la escuches. Me parece precioso el poder de rezar unos por otros. Y también es precioso cómo ella pide aunque sea inoportuna, insiste aunque no se vea digna y es constante como una torrente aunque parezca que no escuchas. Cabezona como ella misma. Así me quieres que rece, como un torpedear constante hacia el cielo.

Gracias por enseñarme con tu vida a vivir la mía. Ayúdame a vivir mi tiempo de vacaciones con tu mismo corazón y a disfrutar tanto la vida como tú mismo lo haces.