Miércoles, 27 de octubre de 2021

27/10/2021 4 min
Miércoles, 27 de octubre de 2021

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Síntesis del Episodio

Lc 13,22-30: En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.
Uno le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?».
Él les dijo:
«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: “Señor, ábrenos”; pero él os dirá: “No sé quiénes sois”.
Entonces comenzaréis a decir:
“Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”.
Pero él os dirá:
“No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos»

Una pregunta impersonal.
Desencarnada.
Fácil. Capciosa. Busco señalar a los que no están en mi onda.
Típica pregunta que ya sabes la respuesta, pero la haces para que otro diga y afirme ante todos tus convicciones.

“¿Son pocos los que se salvan?”

Tu corazón es rápido por el amor, Jesús. Y conoces las intenciones de los que se te acercan. Por eso te da pena que yo, que te he hecho la pregunta, solo te buscase para que señalaras a los malos y aplaudieras a los buenos. Obviamente yo estoy en el “team ‘buenos’”.

Tu respuesta me descoloca, porque rompes mi mala intención y me respondes personalmente, mirándome a los ojos.

Puerta estrecha.
No sé quienes sois.
No sé de donde sois.

¡Pero si yo soy de los que come contigo! De los que te defiende en público, cumplidor de la Ley, recto comportamiento e impecable moral.

No sé de donde sois.
No sé quienes sois.
Puerta estrecha.

Estás loco Jesús. O eres Dios o estás chalado. El otro día nos decías que tu eres la puerta. ¿Como una persona va a ser una puerta? Pero hoy acabo de entenderte.

Yo no me salvo. No está en mi mano. No son mis puños. No es mi pureza moral. No vale solo con comer y beber contigo.
Hay que comerte y beberte a ti.
Hay que vivir sólo de ti.
Porque Tu, y solo tú, eres el Dios de carne que da la Vida.

Esforzarse por no esforzarse.
Esforzarse por no controlar.
Esforzarse por entrar en ti.
Esforzarse por dejarte.
Esforzarse por que seas tú en mí.
Ser ultimo y permitir que seas el primero.

“¿Son pocos los que se salvan?”
Tomas mi pregunta y la encarnas.
La encarnas en ti, en tu Cuerpo y Tu Sangre, la única puerta que transforma mi vida, me salva y que coloca todo mi ser a vivir de rodillas.