Miércoles, 18 de agosto de 2021

18/08/2021 3 min
Miércoles, 18 de agosto de 2021

Escuchar "Miércoles, 18 de agosto de 2021"

Síntesis del Episodio

Mt 20,1-16a: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:

-Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido.

Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:

-¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?

Le respondieron: -Nadie nos ha contratado.

Él les dijo: -Id también vosotros a mi viña.

Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz:

-Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.

Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.

Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:

-Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.

Él replicó a uno de ellos: -Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?

Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.

Y otra vez me pasa lo mismo.
Y otra vez te vuelvo a exigir.

“Señor, ¿no podrías echarme aquí una mano, con todo lo que hago yo por ti? Si lo sé, no me lo habría currado tanto, total, para que luego no me ayudes en esto que sí que necesito…”

Y otra vez me pasa lo mismo.
Y otra vez me vuelvo a equivocar.

Que esto no va de dar para recibir.
Que esto no va de enseñar facturas guardadas.

Que ser tu discípulo, Jesús, es dar por dar.
Es poner la otra mejilla.
Es abrazar aunque venga cruz.
Que ser tu discípulo, Jesús, es amar por amar.

“¿Para que voy a ser yo bueno si luego todo el mundo va a su bola? ¿Para qué me empleo a fondo si al final este que tengo al lado, que le da igual todo, tampoco le va tan mal?”

Y otra vez me pasa lo mismo.
Y otra vez me olvido de lo increíble que es vivirte aquí y ahora.

Jesús, ayúdame a no creerme mejor que nadie, a no compararme, sino a agradecerte tu silenciosa presencia en mi vida. Porque cuando soy consciente de que soy el último, amo a mis hermanos que me rodean como el primero. Y si me creo que soy el primero, trato a mis hermanos como inferiores, como últimos.

Que cuando me vengan dudas, te crea.
Que cuando sienta frío, te ame.
Y ante mis miedos, espere en tu promesa: que tú estás siempre conmigo, que me tomas de la mano, me guías según tus planes y me llevas a un destino glorioso.

Y otra vez me pasa lo mismo.
Y otra vez, confiado, te dejo que reines en mí.