Escuchar "Miércoles, 10 de Abril de 2024"
Síntesis del Episodio
Jn 3,16-21
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas.
Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
ENTREGA
“Tanto amó Dios al mundo”
Me estremezco al escucharlo. ¿Tanto me amas?
Hijo amado… soy tu hijo amado. Se repite. No te cansas de repetirlo. Y es ahora cuando nos desvelas esta gran verdad. El porqué de tu venida. Hacer nuevas todas las cosas. Que volvamos a nacer en ti.
Pero para ello, hace falta una entrega tan grande, algo tan potente que pueda unir el cielo y la tierra.
Por eso enviaste a tu hijo. Entrega.
Entrega.
Entrega.
Hasta la última gota derramaste, lo diste todo que salió agua de tu costado.
Y como se sentirá El Padre al entregar a su Hijo amado, aún sabiendo que muchos escogerán las tinieblas a la luz. ¿Tan ciegos estamos que somos incapaces de ver? Lo das todo… ¿y cómo respondo? ¿Cómo llegar a todos? ¿Cómo dar a conocer tu verdad?
Tanto amor derramas, que abruma. ¿Y cómo corresponderte? ¿Como acoger esta verdad? La de que soy profundamente amado. Que por mí revives la pasión cada vez que se levanta el pan. Que por mi derramas tu sangre cada vez que se alza el vino. Y así lo haces una y otra vez. Tanto amas al mundo que te entregas en cada momento. Y solo nos pides una cosa, seguir la luz y abandonar las tinieblas. Esas que que nos alejan, que nos impiden ver. Y solo siguiendo la luz podremos salvarnos. Porque esto ya no va de juicios, sino de amor. Ya no consiste en quien lo hace mejor, sino quien vive desde la verdad. No hay mayor acto de amor que quien se entrega, quien se despoja de todo. Aunque parezca que no merece la pena, pero para ti lo merece todo, merece la vida.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas.
Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
ENTREGA
“Tanto amó Dios al mundo”
Me estremezco al escucharlo. ¿Tanto me amas?
Hijo amado… soy tu hijo amado. Se repite. No te cansas de repetirlo. Y es ahora cuando nos desvelas esta gran verdad. El porqué de tu venida. Hacer nuevas todas las cosas. Que volvamos a nacer en ti.
Pero para ello, hace falta una entrega tan grande, algo tan potente que pueda unir el cielo y la tierra.
Por eso enviaste a tu hijo. Entrega.
Entrega.
Entrega.
Hasta la última gota derramaste, lo diste todo que salió agua de tu costado.
Y como se sentirá El Padre al entregar a su Hijo amado, aún sabiendo que muchos escogerán las tinieblas a la luz. ¿Tan ciegos estamos que somos incapaces de ver? Lo das todo… ¿y cómo respondo? ¿Cómo llegar a todos? ¿Cómo dar a conocer tu verdad?
Tanto amor derramas, que abruma. ¿Y cómo corresponderte? ¿Como acoger esta verdad? La de que soy profundamente amado. Que por mí revives la pasión cada vez que se levanta el pan. Que por mi derramas tu sangre cada vez que se alza el vino. Y así lo haces una y otra vez. Tanto amas al mundo que te entregas en cada momento. Y solo nos pides una cosa, seguir la luz y abandonar las tinieblas. Esas que que nos alejan, que nos impiden ver. Y solo siguiendo la luz podremos salvarnos. Porque esto ya no va de juicios, sino de amor. Ya no consiste en quien lo hace mejor, sino quien vive desde la verdad. No hay mayor acto de amor que quien se entrega, quien se despoja de todo. Aunque parezca que no merece la pena, pero para ti lo merece todo, merece la vida.
Más episodios del podcast Voces en On | HAKUNA
Martes, 7 de agosto de 2024
09/08/2024
Lunes, 5 de agosto de 2024
09/08/2024
Domingo, 4 de agosto de 2024
04/08/2024
Sábado, 3 de agosto de 2024
03/08/2024
Viernes, 2 de agosto de 2024
02/08/2024
Jueves, 1 de agosto de 2024
01/08/2024
Miércoles, 31 de julio de 2024
31/07/2024
Martes, 30 de julio de 2024
31/07/2024
Lunes, 29 de julio de 2024
29/07/2024
Domingo, 28 de julio de 2024
29/07/2024