8-3-22


"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Cuando recéis no uséis muchas palabras como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis. Vosotros rezad así:

Padre nuestro del cielo,

santificado sea tu nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,

danos hoy el pan nuestro,

perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido,

no nos dejes caer en tentación,

sino líbranos del maligno.

Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.



HIJO



Jesus, me hablas de rezar, y una vez mas, me dices que no me comporte como un pagano. Que no me pierda en palabreria cuando me abro a la Presencia del que esta siempre Presente. Supongo que porque cuando pasa eso, es que estoy intentando comprar a Dios, domesticarlo, buscar yo mi salvacion, y en todo ello... Volver a perderme en el yo.


Tu oracion, ¿como es?
Surge un grito de lo mas profundo de Ti que te hace gritar ¡Abba! ¡Padre!
Jesus, eres Hijo, plenamente Hijo, y conoces al Padre.
Eres Hijo, te vacias para dejarte llenar por la Inmensidad del Padre.
Sabes de donde -de Quien- vienes-, y sabes a donde -a Quien vas-, y por ello sabes como caminar...

Padre Nuestro... Eres Hermano, y sabes que todo somos como esos hermanos separados al nacer, y llamados a reencuentro. Eres Hermano, que no juzga, no condena, no se cierra, sino que esta abierto y a todos acoge.

Que el Nombre del Padre sea santificado, que venga Su Reino, que se haga Su Voluntad... ¿No es todo ello un mismo movimiento? ¿No se cumple todo ello en Ti? ¿No estamos llamados nosotros a "completarlo" en nosotros?
Venga a nosotros tu Reino.
Tu eres el Reino, y en Ti somos hijos, y con el soplo de Tu Espiritu gritamos ¡Abba!
Somos liberados de la esclavitud del yo, somos nosotros plenamente vivientes, y esta es la gloria de Dios, la santificacion de Su Nombre. Descubrimos quienes somos, hijos, hijas. Llamados al Amor, a la Vida.

Venga a nosotros tu Reino.
Tu eres el Reino: la Paz, la Justicia, la Verdad y la Vida... Y unidos a Ti, se va cumpliendo la Voluntad del Padre: que no se pierda ninguno... Y tambien que se abran las prisiones injustas, partir el pan con el hambriento, hospedar al que no tiene techo, liberar a los oprimidos... Se va cumpliendo Su Voluntad, el Santo nos habita, entonces brotara la carne sana, la carne Resucitada, la carne de los hijos de Dios, los que viven como hermanos, los que no viven indiferentes...

El mundo se desmorona: sufrimiento, injusticias, drogas, violencia, opresion. Guerras. Los poderes del mundo mueven sus ejercitos y armas...  Y los hijos de Dios, los que exclamamos Abba, los que rogamos por la venida del Reino, alli estamos, posicionados donde el Hijo nos enseño. Arrodillados, desarmados frente a los poderes de este mundo, como lo hizo el Hijo. Dando Vida, la vida que se nos ha dado, donde reina la muerte. Compartiendo el Amor que se nos da y nos desborda. Uniendo lo dividido, de dentro hacia afuera, del corazon al mundo, haciendo la Voluntad del Padre, asi en la tierra como en el cielo.

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