Martes, 23 de marzo de 2021

23/03/2021 4 min
Martes, 23 de marzo de 2021

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Síntesis del Episodio

Juan 8, 21-30.En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros». Y los judíos comentaban: «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?» Y él les dijo: «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que “Yo soy”, moriréis en vuestros pecados». Ellos le decían: «¿Quién eres tú?» Jesús les contestó: «Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él». Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: «Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada». Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Porque yo hago siempre lo que le agrada

Hola Jesús,

Si te soy sincero, me he leído el Evangelio entero y solo ha resonado en mi corazón una frase de todo el fragmento: *porque yo hago siempre lo que le agrada*.

Parece una simple frase pero creo que en este Evangelio se encuentra el motor de tu vida. Vivías para agradar a tu padre. No vivías para agradar al mundo o para ser alabado. Vivías para que tu padre disfrutase desde el cielo. Nada más. Y por eso, eras capaz de recoger la mesa de tu casa cuando nadie lo veía porque sabías que eso agradaba a tu padre.

Hoy, lo que te pido es que durante mi día entero sea consciente de que me estás mirando para así actuar siempre intentando agradarte.

Me acuerdo que, una vez, una amiga me vino a pedir consejo sobre qué hacer en una situación determinada. Me contó la historia y, al acabar me preguntó: “¿Qué hago?” Y le respondí: “¿Qué crees que haría Jesús en tu misma situación”. Ella enfadada me dijo: “Esto no vale. Con este argumento siempre ganas. No me sirve”. Creo que es así como tendríamos que enfrentarnos en nuestro día a día. Creo que esa es la manera de discernir. ¿Qué harías tu Jesús en mi situación? Hacerse esta pregunta, permanecer en silencio y encontrar la respuesta en el corazón.