En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.

Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.»



TORMENTAS



Jesús, en este día, me dices que me dejas Tu Paz, que me das Tu Paz.
Paz... Tanto tiempo ansiada, tanto tiempo buscada, perseguida. Intentándola definir y conquistar. Y ahora vas, y dices que me la das.
La Paz que me das Tu, que no es la de este mundo, y no se consigue como en el creen conseguirla...
¿Qué es esto? La Paz que Tu eres, La Paz que hay en tu Corazón, La Paz que quieres darme.

La Paz de saber que la Luz vence tinieblas.
Paz de saberme Amado, aún en mi oscuridad.
Saberme hijo, aun cuando mi mente y corazón me dicen lo contrario.
La Paz que se presenta desarmada frente a los poderes de este mundo,
que devuelve Bien por mal, bendición por maldición,
rompiendo la cadena de muerte y maldad.
La Paz que entrega su Vida, y no le es arrebatada, porque la da Libremente.
Paz que no se queda encerrada en el yo, sino que se derrama.
Paz que no puede ser indiferente, y se sumerge en el sufrimiento y guerras de este mundo,
Paz en medio de las tormentas, la angustia e incertidumbre, serenidad en el caos.
La Paz de saberme criatura, y que hay Uno que es más grande que yo,
y es Padre, es Hijo, es El Espíritu. Abrazo, Verdad, Soplo.
Paz que encuentra Alegría incluso ante el sufrimiento y el misterio de la muerte, porque sabe que es camino a la Vida.
La Paz que abre a la Belleza, y la descubre en todo, en la Primavera y en el Invierno.
La Paz que abraza la vida, o que da el abrazar la vida, por entera, las rosas y las espinas, porque sabe que detrás de todo está La Vida.

Ese eres Tu, principe de La Paz, La Paz que hay en tu Corazón, La Paz con la que quieres venir a habitarme.

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