En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».


Verbo

Jesus, hoy me pareces un poco duro con tu madre, ¿por qué no aceptas el piropo que le sueltan a tu madre?... Pero mirandolo mejor, ¿quien mejor que ella ha vivido escuchando la Palabra de Dios y diciendo que Sí a ella en su vida? Y Tú, que conoces el secreto de la Felicidad, dices quienes son los realmente bienaventurados... Los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen. Los que te escuchan a Ti, La Palabra hecha carne. 

《Bienaventurados los que me escuchan, a mí, la Palabra, pues escucharán la Palabra de Amor que les hablo, la Palabra que sacia el corazon. Bienaventurados los que me escuchan, pues escucharán La Verdad que les libera. Bienaventurados los que me escuchan, pues escucharan mi silencioso grito de Sed por ellos, y reconocerán su propia sed, que solo Yo puedo saciar.
Bienaventurados los que viven como mi madre, en un sí continuo, viviendo La Palabra, pues me haraán carne en sus vidas. Bienavenurados ellos, porque podré vivir en ellos, y llevar a plenitud su Felicidad.》

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