Lunes, 9 de mayo de 2022

09/05/2022 5 min
Lunes, 9 de mayo de 2022

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Síntesis del Episodio

Jn 10,1-10:
En aquel tiempo, dijo Jesús:

-«Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:

-«Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mi son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»

Buenos días Jesús,
Soy el ladrón. El bandido. El que se dedica a saltar la valla por la noche.
Te estaba escuchando decir esto de la puerta y del pastor y no he podido evitar sentirme identificado.
No me mola ser oveja.
No me termina de convencer lo de esperar mi turno para entrar.
De verdad que lo de ir detrás no me va del todo.
Y además tú lo sabes.
Soy un alma libre. Llego y me voy.
Como ese viento del que nos hablaste una vez. Ese del que no se sabe muy bien por donde sopla. Eso sí que habla de mí.
Me va la noche. La libertad. Campar a mis anchas.
Pero ¿sabes qué?
El viento no pertenece a nadie.
El ladrón está todo el día huyendo.
Y yo estoy cansado de huir.
De huir de tu mirada, de tu voz, de tu llamada.
¿Que por qué sigo huyendo?
¿Que por qué sigo saltando la valla intentando acomodarme cerca de ti a mi manera?
Creo que lo sabes.
Porque la puerta por la que tengo que pasar eres tú. Es tu cruz abrazada.
Porque lo de entregar mi vida y no volver a mirar atrás me da vértigo.
Porque no se si quiero aparecer a la luz del día.
Pero quiero confiar. De verdad que sí Jesús.
Quiero ser cada vez más un poco oveja.
Esa que confía en el pastor. Esa que disfruta del camino. Esa que abre los ojos al amanecer. Esa que da su lana para que los demás se abriguen cuando llega el invierno.
Cuando llega la noche.
Porque nada que sale de ti da frío. Por eso puedo darla. Sin reservarme nada.
Oveja Señor.
Una de las tuyas.
Pendiente de tu voz. Disfrutando del camino.
Disfrutando de la libertad de poder entrar y salir.
Disfrutando de la intimidad del reflejo de la luna.
Bajo tu mirada.
Tranquila.