Lunes, 9 de agosto de 2021

09/08/2021 3 min
Lunes, 9 de agosto de 2021

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Síntesis del Episodio

Mt 25, 1-13 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes. Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!” Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”. Pero las prudentes contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”. Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo: “Señor, señor, ábrenos”. Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco”. Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».

Vivo

Hola Jesús:

Me gusta este Evangelio. Tú me hablas a través de parábolas y yo hoy quiero hablarte a través de una parábola también.

Me creaste y me diste una lámpara para cuidar. Salí del vientre de mi madre y ahí la tenía en la mano. Tenía mi nombre grabado. La dejamos, primero al lado de mi cuna, y luego, en mi mesita de noche. Esa lámpara es como mi corazón.

Al principio, mis padres y mi colegio iban llenando el aceite para que no se apagase. Cada día, mis padres y familia, con su amor y educación, se encargaban de llenar la lámpara.

Me fui haciendo mayor y la lámpara ya era completamente mía. La cargaba yo de aceite o se moría. Ha habido momentos en que estaba apagada. Otros en que ardía. Otros en que estaba a medio gas.

Ahí sigue mi lámpara en mi mesita de noche. Y cada noche me pregunto: ¿he rellenado de aceite la lámpara? ¿Soy perseverante en mi objetivo de estar encendido?

El aceite es el amor. El amor eres tú. Si amo, la lámpara ilumina. Si estoy cerca tuyo, tengo luz. Si no, el mundo me consume.

Jesús, hoy te pido que sea muy consciente de que estoy aquí para irme al cielo. Ayúdame a tener siempre la lámpara encendida porque sin ti no soy nada.

¿Qué será del mundo sin mi lámpara particular? ¿Sin mi lámpara grabada y con la forma que yo le he dado? ¿Qué sería del mundo?