Mt 7,1-5:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-No juzguéis y no os juzgarán.

Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.

¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?

¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Déjame que te saque la mota del ojo», teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.


La medida que uséis...
¿Cuál es la medida Jesús?
¿Cuál es la medida que tengo que usar para mirar como tú miras?
Está clarísimo.
La medida sin medida. El amor.
La vida entregada hasta el extremo.
Una vez más.
Todo apunta a esto.
La medida es no medir.
Qué triste es vivir midiendo ¿no?
Medir mi tiempo y calcular cuanto puedo estar contigo, o con cualquiera.
Más pendiente del reloj que de reconocerte en el que tengo delante.
Medir mis palabras.
Medir mis sonrisas.
Medir mis lágrimas.
Medir. Medir. Medir.
¿Tú medías Jesús?
¿Mediste cuando apareció aquel leproso al que nadie dirigía la mirada?
¿Mediste al hablar a la gente y darles de comer hasta saciarles?
¿Mediste durante la pesca de Pedro, Santiago y Juan?
¿Mediste en la cruz?
¿Mediste al enviarnos tu Espíritu?
No... no eres nada de medir.
Solo amas.
Y la entrega radical sin medida nace del amor sincero. Del cambio en la mirada.
Porque hoy sigues sin medir.
Me amas sin medida.
Me perdonas sin medida.
Te entregas a mi sin medida.
Me buscas sin medida.
Y yo me paso el día calculando.
Calculo para cuadrar ese rato de estar contigo.
Calculo para organizarme.
Calculo y mido.
Y no me dejo sorprender porque la vida está perfectamente cuadrada.
Midiendo me pierdo tu novedad; tus pequeños guiños del día a día.
Darme por entero. Sin calcular.
Mirar desde tu mirada. Sin juzgar.
"Si juzgas no amas" decía Madre Teresa. Y es una gran verdad.
La vida se nos escapa en juicios y proyectos perfectamente calculados.
La vida se me escapa en cálculos Jesús, y no me entero.
Me repites una y otra vez:
¿Te vas a dejar sorprender?
¿Vas a empezar a vivir soltando?
Mírame.
Confía.
El amor es la medida.
El amor es la no medida.

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