Lc 11,5-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Si alguno de vosotros tiene un amigo y viene a medianoche para decirle:

«Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle».

Y, desde dentro, el otro le responde:

«No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados: no puedo levantarme para dártelos».

Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.

Pues así os digo a vosotros:

_Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide, recibe, quien busca, halla, y al que llama, se le abre. _

¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?

¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

Pedid y se os dará….
Pedid y se os dará….
Pues yo pido y me da la sensación de que no recibo nada
Pues yo pido más fuerte y nada Jesús, no sé que hago mal. Que nada, que nada, que veo mi misma vida, esa, la que a veces no me gusta.
Es que… ¿qué estoy haciendo Jesús? ¿Qué pido? No paro de pedir, pedir y pedir, la verdad que sobre todo por mí: ayúdame a esto, y en esto otro… y además, lo quiero YA. Si pienso en lo que pido, me podría entrar ahora mismo la risa floja, si es que me da igual, me da igual. Pedir cosas sin sentido, superfluas y una cosa tras otra, como si estuviera cantando la lista de la compra. ¿De verdad que quiero eso? Pues no.

No quiero quejarme,
No quiero exigir,
No quiero desanimarme,
Tampoco tirar la toalla porque las cosas no salen como espero,
Yo solo quiero ser feliz, seamos felices y dejemos las tonterías a un lado.
Ayuda a este corazón desboscado a manterse a Tú lado, de la mano.

Si es que lo dices bien claro, pedid, buscad, llamad… pero en cambio parece que no me entero: ¿cuántas veces he tenido mil tentaciones que me desmotivan para dejar de buscar? Tanto ruido ha sembrado la duda en mi vida que parece todo una ida de olla. ¿Cuántas distracciones he tenido que han ralentizado mi paso sin saber a donde iba? Pero en cambio se escucha algo, es un pequeño gemido, un brinco en el corazón que me hace buscar, seguir buscando otro día más. Porque es sútil pero sé que no viene de mí.

Por eso Jesús, te pido fuerzas para estar vigilante, sin desanimarme, con los ojos y los oídos bien atentos. Porque hoy vuelves a insistir que sigamos buscando, que sigamos pidiendo.
Porque esto es una cosa seria, esto es serio.
Pero no vale una vida a medias
No vale el pedir por pedir, pidamos a lo grande
Escuchemos lo que el corazón anhela y te lo pidamos más fuerte
Porque no valen vidas aburridas.
Hay que vivir de manera extraordinaria en nuestra ordinariez, pero tomárnoslo enserio.
Que no suene a pereza.
Sin conformarnos.
Sin querer cambiarlo todo
Porque Tú eres verdad y belleza. Y cuando tomamos conciencia de ello, no hay nada más que queramos.

Pero Tú entiendes los tiempos, son tuyos, no míos. Me gusta pensar que nos llamas a buscar, que no es para superhéroes y alumbrados. Que simplemente, si te tengo a mi lado y dejo que Tú te ocupes, dejo que habites en mi corazón, en mi casa, se me dará, se me dará todo. Y entonces, todos mis deseos se verán saciados, solo tengo que saber pedirlos.

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