Jueves, 4 de julio de 2024

04/07/2024 3 min
Jueves, 4 de julio de 2024

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Síntesis del Episodio

Mt 9,1-8: La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:
¡Ánimo, hijo!, tus están perdonados.
Algunos de los letrados se dijeron:
Este blasfema.
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: «tus pecados están perdonados», o decir «levántate y anda»? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados ?dijo dirigiéndose al paralítico?:
Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa.
Se puso en pie, y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

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¿Cuántas veces me he acercado a Ti gracias a la ayuda de otros?

Yo estaba allí. Vi cómo hicieron lo imposible para acercar un hombre a tus pies.

No podía creer lo que mis ojos veían. No entendía nada. Solo observaba.
¿Sabes una cosa? Lo que más me conmovió no fue la curación del paralítico, sino la determinación de sus amigos de llevarlo ante Ti.

Yo ese día estaba bien de salud. Sin embargo, me doy cuenta de que pensé en mí esa vez. No había prestado atención a si alguien quería acercarse a ti. Tampoco hice ademán de ayudar a esos hombres. Fui egoísta.

Tú puedes ver la fe que tengo, mis ganas de aprender de ti y estar contigo. Pero no siempre se trata de mi. Hay ocasiones donde practicar la humildad es necesario. Que los demás puedan estar más cerca de Ti, con tal de que yo me mantenga a tu lado.

Si yo estoy aquí, contigo, viviendo esta vida, es porque otros se han dejado habitar por Ti para que yo pueda verte en ellos.

No puedo evitar pensar en el plan que habían montado aquellos hombres para acercar a su amigo.

¡Me maravilla el amor que se tenían! Y todo para que uno de los suyos pudiera llegar a tu lado.
Le doy vueltas a esta idea y no acabo. Es que he reconocido el amor que había entre ellos; por sus obras, he visto la fe que tenían.

Ya veo, Jesús, ahora creo que puedo acercarme comprender lo que habías visto Tu cuando se presentaron ante Ti.

No viste más que la fe que tenían depositada en Ti. La que mueve montañas, como dices.
La que permite que los pecados sean perdonados.