_En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor. _

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos.

Una fuerza que sana a todos

Cuantas cosas Jesús.
Lo primero de todo buenos días!

Me encanta verte hacer estas cosas. Irte al monte a orar con Dios, ver cómo buscas esos momentos de estar a solas con Él. A mi también me gusta hacerlo y la verdad es que es puro disfrute. Poder hablar con Dios en cualquier parte y saber que está ahí, que estas ahí, que nunca estamos solos. Brutal Jesús!

Y ahora pensaba yo, Tú Jesús, que eres Dios, estarías súper nervioso por descubrir quienes iban a ser tus discípulos. Sabias que antes o después deberías decidir por unos o por otros. Me imagino que no pudiste dormir en toda la noche, y de ahí también el estar orando con Dios tanto tiempo. Era algo importantísimo y por eso no podías no hablar con el Padre. Es lógico. Tener tanta confianza con Dios Padre y saber que necesitas de su consejo, de su comprensión, de su poder. Hablarle y escucharle en todo momento para que toda acción fuese verdadero amor. Que gozada. Me imagino que eso fue lo único que verdaderamente te movió a escoger a cada uno de tus apóstoles, el amor. Escogiste a Pedro por amor, a Judas por amor, a Santiago y a todos por amor. Y por supuesto porque te dio la gana.

También dice el Evangelio que salía de ti una fuerza que sanaba a todos ¿Que es esa fuerza Jesús?
No tengo la menor idea pero si tuviese que decir algo yo diría que debía ser fuego, pero un fuego que revienta todo lo que se interpone entre tú y cualquier persona. Esa capacidad de abrazar a todos, de sanar a todos, de amar a todos, la fuerza del Espíritu Santo. Y quizás es una locura pero creo que yo también la tengo. No me mal interpretes Jesús, se que tu eres Dios y yo no, pero sé que verdaderamente vives en mí y que si me dejo yo también soy Tú. Igual cuando ando por la calle no se ve esa fuerza, ese fuego, pero seguro que tu verdaderamente actúas cuando Vivo de Verdad, cuando todo lo que hago es Transfigurado por Ti. Cuando me dejo transformar por Ti. Así, incluso aunque esté en una habitación yo solo, mi vida tendrá una fuerza que cambiará todo a mi alrededor, que reventara todo lo que se interponga entre yo y cualquier persona.

Bueno Jesús igual no me explico muy bien pero te pido que hoy me eches un cable, me gustaría disfrutar del día como lo harías Tú en mi lugar. Quizás la gente desde fuera no vea esa fuerza, pero en realidad podemos hacer que revienten todas las cosas que nos impidan amar y así disfrutar de verdad.

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