Escuchar "Jueves, 14 de Enero de 2021"
Síntesis del Episodio
Mc 1,40-45
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.» Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio.»
Pero, cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.
Como una enorme presa
Un leproso en el camino. La piel se le cae a pedazos. Es asqueroso. Su cuerpo da tanto asco y esta tan enfermo por fuera como a veces da asco mi alma y yo estoy enfermo por dentro. Y, muchas otras veces, me parece que doy ese asco porque no me quiero ni a mi mismo y me repugna mirarme y conocerme.
Yo también soy ese leproso que se te acerca y dice: “Si quieres, puedes limpiarme.” Me arrodillo ante ti y pido que me transformes con tu poder. Imagino lo que pensarías: “¿Cómo que “si quieres”? ¿No ves que lo estoy deseando? ¿No te das cuenta de que es lo que más ilusión me hace en el mundo? Llevo un montón de años esperando que me lo pidieras. Antes de que tus padres se conocieran, yo ya soñaba contigo; ya me imaginaba tu sonrisa y me recreaba con tu manera de reír; me encantaba pensar en ti sano, feliz, muy vivo, disfrutando y amando. ¿Cómo que “si quieres”? ¿No ves que lo estoy deseando? Solo necesitaba que me lo pidieras, que me abrieras la puerta.” Algo así pensarías Señor.
Estás deseando entrar en nosotros, sanarnos, amarnos desde dentro y limpiarnos. Quieres entrar con fuerza y hasta dentro. Tu amor es como una enorme masa de agua contenida en una enorme presa. La presión del agua es brutal. Solo necesitas que abra una puerta, que levante la compuerta de la presa. Que te abra la puerta desde dentro. Que te de libertad, que te libere. Y así tú actúes libremente dentro de mi. Quiero liberarte Señor, dejarte ser dentro de mi. Te abro la puerta: si quieres, entra y sáname! Eres libre para hacer en mi lo que quieras.
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.» Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio.»
Pero, cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.
Como una enorme presa
Un leproso en el camino. La piel se le cae a pedazos. Es asqueroso. Su cuerpo da tanto asco y esta tan enfermo por fuera como a veces da asco mi alma y yo estoy enfermo por dentro. Y, muchas otras veces, me parece que doy ese asco porque no me quiero ni a mi mismo y me repugna mirarme y conocerme.
Yo también soy ese leproso que se te acerca y dice: “Si quieres, puedes limpiarme.” Me arrodillo ante ti y pido que me transformes con tu poder. Imagino lo que pensarías: “¿Cómo que “si quieres”? ¿No ves que lo estoy deseando? ¿No te das cuenta de que es lo que más ilusión me hace en el mundo? Llevo un montón de años esperando que me lo pidieras. Antes de que tus padres se conocieran, yo ya soñaba contigo; ya me imaginaba tu sonrisa y me recreaba con tu manera de reír; me encantaba pensar en ti sano, feliz, muy vivo, disfrutando y amando. ¿Cómo que “si quieres”? ¿No ves que lo estoy deseando? Solo necesitaba que me lo pidieras, que me abrieras la puerta.” Algo así pensarías Señor.
Estás deseando entrar en nosotros, sanarnos, amarnos desde dentro y limpiarnos. Quieres entrar con fuerza y hasta dentro. Tu amor es como una enorme masa de agua contenida en una enorme presa. La presión del agua es brutal. Solo necesitas que abra una puerta, que levante la compuerta de la presa. Que te abra la puerta desde dentro. Que te de libertad, que te libere. Y así tú actúes libremente dentro de mi. Quiero liberarte Señor, dejarte ser dentro de mi. Te abro la puerta: si quieres, entra y sáname! Eres libre para hacer en mi lo que quieras.
Más episodios del podcast Voces en On | HAKUNA
Martes, 7 de agosto de 2024
09/08/2024
Lunes, 5 de agosto de 2024
09/08/2024
Domingo, 4 de agosto de 2024
04/08/2024
Sábado, 3 de agosto de 2024
03/08/2024
Viernes, 2 de agosto de 2024
02/08/2024
Jueves, 1 de agosto de 2024
01/08/2024
Miércoles, 31 de julio de 2024
31/07/2024
Martes, 30 de julio de 2024
31/07/2024
Lunes, 29 de julio de 2024
29/07/2024
Domingo, 28 de julio de 2024
29/07/2024