Mt 7,21.24-27: El que hace la voluntad del Padre entrará en el Reino de los cielos.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.

El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»

Hola Jesús, pero hola de verdad. Nada de hola a medias o mirar para otro lado. Hoy te miro de frente, a la Hostia. Y yo arrodillada te escucho. Asi que grita, grita más fuerte! Y más alto que creo que no me entero.

¿Roca o arena?
¿Ahora o eternidad?
¿Sentimiento o sensibilidad?
¿Un sí ?

Papá, te suplico que tengas paciencia conmigo porque a este corazón le queda mucho camino… sigue ahí viviendo como puede, creyendo que construye, creyendo que te escucha y tengo los oídos más taponados que nunca. Se agarra a sentimientos que se desvancen en cambio yo quiero roca firme. Crecer a tu lado, de Tu mano.

¿Y que es eso que hablas de Tu voluntad? ¿La voluntad de Tu Padre?¿Qué voluntad? Yo solo quiero vivir en el cielo contigo. Quiero vivir con esa plenitud que a veces creemos saborear. Quiero roca. Tú me dices que cimiente sobre roca. Y así ningún mal, ni el más rabioso del mundo, podrá hundirme. Pues eso quiero… Jesús. Amor eterno, amor verdadero, del que viene de arriba. Y ahora, ¿qué hago? Por más que me esfuerzo, más arena siento bajo mis pies. Pero Jesús, es arena que cuando está seca la nota firme pero que a la mínima se ablanda. Basta un poco de agua para que todo ese amor, toda esa relación desaparezca… joe que fuerte Jesús.
¿Y si esta vez no hago nada? ¿Y si esta vez me dejo hacer? Que no va de mis esfuerzos ni de mis luchas sino que Tu Espíritu vaya apoderandose de mí y sea Él quien construya en roca.
Que me calle, que me calle más para así poder escuchar. Que entre tanto barullo casi no puedo hacerlo. Y que deje hacer, que del resto te ocupas Tú.

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