Domingo, 7 de julio de 2024

07/07/2024 4 min
Domingo, 7 de julio de 2024

Escuchar "Domingo, 7 de julio de 2024"

Síntesis del Episodio

Mc 6, 1-6• No desprecian a un profeta más que en su tierra

En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».
Y se escandalizaban a cuenta de él.
Les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».
No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

--------------------------


Jesús, ¿es que no lo ven? ¿Cómo pueden estar tan ciegos?
Se han quedado con lo que eres para el mundo: que si el hijo del carpintero, que si tus hermanas y tus hermanos, etc. ¿No saben ver más allá? ¿No pueden ver que eres el Mesías?

Si hubieran visto los milagros que has obrado en otros pueblos… Aunque quizá eso no fuera suficiente, ya que no hay más ciego que el que no quiere ver. No hay nadie tan pobre como aquel que no quiere abrir su corazón.

Pero no saben lo que se pierden. Te pierden a Ti, Jesús. Se pierden el misterio que hay en tu vida; se pierden lo más extraordinario que puede sucederles. Se pierden tu abrazo y tu mirada, tu ternura y tus manos buscando sanarles.

Y Tú no puedes hacer más que apenarte e irte a los pueblos de alrededor. No puedes hacer otra cosa que darles libertad. Qué duro es ver tu cara cuando reflejas ese dolor de no ser acogido…

Siguen las normas, van a la sinagoga, y se saben todos los preceptos, pero te pierden. Te tienen enfrente, —en carne y hueso—, y no consiguen verte; no ven tu corazón misericordioso sediento de su amor, y su ceguera no te deja actuar.
Ojalá otros pueblos no se queden solo con lo superficial. Ojalá te acojan y te miren bien. Ojalá crezca en ellos la fe que te deja actuar, y que, al igual que con la hemorroísa, crean que con tocarte, basta.