Escuchar "Domingo, 3 de abril de 2022"
Síntesis del Episodio
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los letrados y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: -Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras: tú, ¿qué dices ?. Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: -El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra. E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oirlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos, hasta el último. Y quedó solo Jesús, y la mujer en medio, de pie. Jesús se incorporó y le preguntó: -Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado? Ella contestó: -Ninguno, Señor. Jesús dijo: -Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.
Me gustan la gente que dibuja sueños con sus manos en la arena. Que dejan volar la imaginación con su dedo recorriendo el polvo. Sencillos. Inocentes. Absortos en su mundo, pensando en sólo Tú sabes el qué.
Me gustan aquellos que buscan ratos de intimidad. A mí también me da paz caminar solo por la noche sabiendo que Tú, Padre, estás conmigo. Mirar la luna. Las estrellas. Respirar el aire de los bosques. Retirarse en la oscuridad. Rota por los dorados del alba. Me gusta ver a un profesor apasionado por su asignatura. Me gusta ver a alguien hablar de algo que ha descubierto. Escuchar a un enamorado. Me gusta verte en el templo.
Me gusta el silencio que provocas, tus silencios de paz, sin tensión porque son sinceros, silencios habitados por tu presencia callada que grita esperanza y perdón. Me gusta verte alzar la voz y encender tormentas interiores. Tu tranquilidad ante los linchamientos mediáticos. Tu confianza. Me gusta ver a los ancianos reconocer su pequeñez, ancianos que siguen haciéndose preguntas. Me gusta ver al rabioso impotente, desarmado y arrepentido. Me gusta ver al juez bondadoso. Al criticón desnudo, desnudado ante el amor sorpresivo. Me gusta ver a la mujer afrontar su destino. Asumir con entereza la consecuencia. Y aún más ver a los otros soltar las piedras. Aflojar las manos, bajar la cabeza, y sacar bandera. Pero me enamora que después del duelo venga la fiesta. Que tras el más furioso, se acabó la guerra. Que cuando quedaban dos, se marchó el acusador y quedó el salvador. Me gustó quedarnos a solas. Me gustó mirarnos. Me gustaron tu preguntas, me enloquecieron tus respuestas. Me arropaste en mi arrepentimiento. Salvar justificando y las piedras, las piedras solo son tropiezo.
Me gustan la gente que dibuja sueños con sus manos en la arena. Que dejan volar la imaginación con su dedo recorriendo el polvo. Sencillos. Inocentes. Absortos en su mundo, pensando en sólo Tú sabes el qué.
Me gustan aquellos que buscan ratos de intimidad. A mí también me da paz caminar solo por la noche sabiendo que Tú, Padre, estás conmigo. Mirar la luna. Las estrellas. Respirar el aire de los bosques. Retirarse en la oscuridad. Rota por los dorados del alba. Me gusta ver a un profesor apasionado por su asignatura. Me gusta ver a alguien hablar de algo que ha descubierto. Escuchar a un enamorado. Me gusta verte en el templo.
Me gusta el silencio que provocas, tus silencios de paz, sin tensión porque son sinceros, silencios habitados por tu presencia callada que grita esperanza y perdón. Me gusta verte alzar la voz y encender tormentas interiores. Tu tranquilidad ante los linchamientos mediáticos. Tu confianza. Me gusta ver a los ancianos reconocer su pequeñez, ancianos que siguen haciéndose preguntas. Me gusta ver al rabioso impotente, desarmado y arrepentido. Me gusta ver al juez bondadoso. Al criticón desnudo, desnudado ante el amor sorpresivo. Me gusta ver a la mujer afrontar su destino. Asumir con entereza la consecuencia. Y aún más ver a los otros soltar las piedras. Aflojar las manos, bajar la cabeza, y sacar bandera. Pero me enamora que después del duelo venga la fiesta. Que tras el más furioso, se acabó la guerra. Que cuando quedaban dos, se marchó el acusador y quedó el salvador. Me gustó quedarnos a solas. Me gustó mirarnos. Me gustaron tu preguntas, me enloquecieron tus respuestas. Me arropaste en mi arrepentimiento. Salvar justificando y las piedras, las piedras solo son tropiezo.
Más episodios del podcast Voces en On | HAKUNA
Martes, 7 de agosto de 2024
09/08/2024
Lunes, 5 de agosto de 2024
09/08/2024
Domingo, 4 de agosto de 2024
04/08/2024
Sábado, 3 de agosto de 2024
03/08/2024
Viernes, 2 de agosto de 2024
02/08/2024
Jueves, 1 de agosto de 2024
01/08/2024
Miércoles, 31 de julio de 2024
31/07/2024
Martes, 30 de julio de 2024
31/07/2024
Lunes, 29 de julio de 2024
29/07/2024
Domingo, 28 de julio de 2024
29/07/2024