Jn 14,23-29.  En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.

Entrenador

Hola Jesús, o mejor hoy podríamos empezar ¿qué tal, Míster?

Un poco raro, lo sé, pero es que te veo hoy Jesús y te pareces tanto a un entrenador antes de una gran final...

Recordad lo que hemos estado hablando toda la temporada - el que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará -, cuando saltéis al  campo no olvidéis todo lo que hemos entrenado - el Espíritu Santo será quien os enseñe todo y os recuerde lo que os he dicho - ahí dentro estáis vosotros y no yo, así que a darlo todo - que no tiemble vuestro corazón y se acomode. Os lo he dicho ahora antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.

Igual me estoy pasando, pero si a este pasaje del Evangelio le añades de fondo música épica, estaría al nivel de Gladiator, Braveheart o el señor de los anillos.

Perdona Jesús, igual es un poco absurdo.

Pero absurdo de verdad es que me olvide de que realmente eres mi entrenador. Tantas veces me he llenado de por qués: por qué me has dado fe a mí y no a tantas personas que conozco, por qué me toca esta dificultad a mí y no a otro, por qué no te siento tan cerca... Tantas veces cuestionando tus tácticas y planes. Y a eso le sumas que siento que estás como un árbitro, esperando que falle para pitar falta...

Perdona si estoy muy deportista hoy Jesús, pero si creyera que me miras como mira un entrenador a sus jugadores... soñando, creyendo en ellos, contando con que son ellos los que juegan y tal vez seguirán lo que se les diga o no, pero el partido es suyo.

Un Dios que sueña conmigo, que me ha puesto en el camino y cuando quiera puedo buscarle, pero si quiero voy por mi cuenta, un Dios que ante cada barrera está susurrando por detrás "venga, sabes que lo podemos hacer, vamos con todo", un Dios que me ha puesto en medio de un equipo de muchos cristianos y que cuenta conmigo para jugar en equipo porque no estoy solo, porque necesito de mis compañeros y ellos de mí y que tenemos que hacer que el equipo sea más grande.

Nunca sabré por qué me fichaste a mí y no a otros, por qué a veces marcas esta jugada y no otra, o por qué me pones en esta posición si creo que lo haría mejor en otro lugar....

Pero qué increíble puede ser la vida Jesús si me la tomo como un partido donde Tú eres mi entrenador, los cristianos son mi equipo y el mundo entero es espectador de qué felices somos jugando para Ti.

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