Domingo, 10 de octubre de 2021

10/10/2021 7 min
Domingo, 10 de octubre de 2021

Escuchar "Domingo, 10 de octubre de 2021"

Síntesis del Episodio

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.» Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.» Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.» A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!» Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.» Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús se les quedó mirando. y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.» Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.» Jesús dijo: «Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.»

"Querido hijo:

Son las dos de la mañana, acaba de terminar un día muy largo, y solamente quería decirte que te quiero.

Me ha encantado verte hoy, corriendo hacia mí y tirándote al suelo para preguntarme qué hacer para ir al cielo. De primeras nos ha chocado a todos los que estábamos que hayas sido tan... efusivo,  no es algo que se vea todos los días, pero entonces te he mirado a los ojos. Qué mirada tenías, te prometo que no se me va a olvidar nunca. De verdad querías una respuesta, de verdad quieres ir al cielo. No te haces una idea de lo mucho que me ha gustado verte.

Pero hijo mío, tampoco se me va a olvidar la pena que he sentido cuando mi respuesta no te ha cuadrado. Me has preguntado, te he respondido... y te has venido abajo. Te escribo esto ahora porque hoy me acuesto un poco triste. No porque me des la espalda, todos vosotros en algún momento me la dais, sino triste por ti. No sabes lo que tenía planeado que hiciéramos juntos. Si por un segundo vieras todo lo que podemos hacer juntos, verías que tus tierras y riquezas no serían nada.

Os quiero demasiado a los hombres, pero no sé cómo os atan tanto un par de cosas de la Tierra que mi propio Padre os ha regalado. Mira que me he hecho hombre para entenderos y quereros más, y así os puedo explicar de qué va la vida. De hecho, antes he estado con mis amigos, esos con los que andaba cuando nos has encontrado, explicándoles por qué os va a ser tan difícil entrar en el cielo a los que mi Padre os ha dado tanto, y creo que no me han entendido muy bien. Poco a poco creo que me entenderán.

Ojalá algún día te enteres hijo mío.
Que las normas me dan igual. Que lo que cumplas o dejes de cumplir me da igual. Que no quiero tus normas. Te quiero entero. Quiero que te atrevas a saltar conmigo. Porfa confía en mí, tengo unos planes preparados que ni imaginas. Yo aquí estoy. Cuando te decidas, cuando elijas de verdad ir con todo... ya sabes dónde encontrarme. Mientras tanto, voy a pedir todos los días a mi Padre para que algún día te abra los ojos y veas la maravilla que es ganarlo todo por vivir sin nada.

Te quiero hijo mío."

¿Sería algo así, Jesús?