Escuchar "Ven, Sígueme con Pepe Valle | Hechos 6-9 | ¿Qué quieres que yo haga?"
Síntesis del Episodio
Si alguien parecía ser una persona con pocas probabilidades de convertirse, quizás ese era Saulo, un fariseo que tenía la reputación de perseguir a los cristianos. Así que, cuando el Señor le dijo a un discípulo llamado Ananías que buscara a Pablo y le ofreciera una bendición, es comprensible que Ananías se sintiera renuente. “Señor”, dijo él, “he oído de muchos acerca de este hombre y de cuántos males ha hecho a tus santos” (Hechos 9:13). Pero el Señor conocía el corazón de Saulo y su potencial, y tenía una misión en mente para Saulo: “… instrumento escogido me es este para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes y de los hijos de Israel” (Hechos 9:15). Ananías obedeció, y cuando se encontró con quien había sido un perseguidor, le llamó: “Hermano Saulo” (Hechos 9:17). Si Saulo pudo cambiar completamente, y Ananías pudo aceptarlo sin reserva alguna, ¿deberíamos considerar a alguien, o incluso a nosotros mismos, como personas difíciles de cambiar?