¿TE HA LLOVIDO SOBRE MOJADO?
Si te llueve sobre mojado y tu confianza está puesta en Cristo; no te atormentes. No es el Karma, ni es maldición generacional, no estás salado, ni te han embrujado.
El Coronavirus, el cáncer, la diabetes, el desempleo, la pobreza, la necesidad, la soledad, la depresión, la ansiedad, los gastos médicos, los problemas familiares, NADA de eso te puede arrebatar lo que Jesús te ha dado; Su GRACIA que cubre tus pecados, que te bendice cada día, que te sostiene en todo tiempo y que te asegura la vida eterna.
Lo que necesitamos es pensar bíblicamente acerca de la vida y encontrar esperanza y paz en Jesucristo. Cuando se nos vienen encima las adversidades; el dolor, la carencia, los contratiempos y las pérdidas ¿Qué está pasando? Pasa que vivimos en un mundo caído, en medio de personas caídas y cosechando los efectos de nuestras acciones – y en medio de todo ese caos, créelo, Dios está dirigiendo todas las cosas para bien de sus hijos.
Los días de aflicción son el escenario oportuno para:
* Clamar con humildad a Dios
* Aprender a depender de Su gracia
* Aceptar nuestras fragilidad y limitaciones
* Ejercitar el gozo en Cristo
Esto es posible, porque la enfermedad no te puede arrebatar la vida eterna, un embargo no te puede arrebatar tu lugar en la nueva Jerusalén; los ladrones no pueden robar tus vestiduras blancas, y las tormentas no pueden quitarte el amor de Dios.
Tres veces he pedido a Dios que me lo quite, y las tres veces me ha respondido: «Debe bastarte mi amor. Mi poder se manifiesta más cuando la gente es débil». Por eso, de muy buena gana me siento orgulloso de mis debilidades; gracias a ellas, se muestra en mí el poder de Cristo. Desde que sé que lo que sufro lo sufro por Cristo, me siento feliz por mis debilidades, los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades. En efecto, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
2 Corintios 12:8-10

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