# 242 Señor, quiero caminar solo cuando me des el permiso de dar el primer paso.

02/04/2021 5 min
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Síntesis del Episodio

¿Cómo puedo saber si la idea que tengo viene de Dios?
Normalmente, tenemos muy buenas ideas respecto a nuevos proyectos y
desafíos que se presentan en la vida.
Pero, ¿Cómo podemos saber si lo que estamos pensando va a tener éxito?
Lo primero que debemos saber, es que no todas las ideas que tenemos son buenas aunque en principio lo parezca.
El profeta Jeremías, nos dice en el capítulo diecisiete, versículo nueve que
engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá?
De este texto bíblico, aprendemos que no podemos confiar en todo lo que
pensamos, deseamos o sentimos, pues en muchas ocasiones seremos
engañados por nuestro propio corazón.
Lo mejor que podemos hacer, es consultar con Dios cada idea y decisión que
queremos tomar y solo después que él nos oriente debemos actuar.
Nunca, debemos actuar con prisa o apurados por las circunstancias. Así como
hizo el rey Saul cuando iba a ser atacado por los filisteos.
El primer libro de Samuel, en el capítulo trece, del versículo siete al catorce,
nos describe que Saúl se quedó en Gilgal, y sus hombres temblaban de
miedo. Durante siete días Saúl esperó allí, según las instrucciones de Samuel,
pero aun así Samuel no llegaba. Saúl se dio cuenta de que sus tropas habían
comenzado a desertar, de modo que ordenó: «¡Tráiganme la ofrenda quemada
y las ofrendas de paz!». Y Saúl mismo sacrificó la ofrenda quemada.
Cuando actuamos bajo el temor y el desespero que impone muchas veces las
circunstancias, tendremos un alto por ciento de hacer algo no debemos hacer.
Precisamente cuando Saúl terminaba de sacrificar la ofrenda quemada, llegó
Samuel. Saúl salió a recibirlo, pero Samuel preguntó: ¿Qué has hecho?
Saúl le contestó: Vi que mis hombres me abandonaban, y que tú no llegabas
cuando prometiste, y que los filisteos ya están en Micmas, listos para la
batalla. Así que dije: “¡Los filisteos están listos para marchar contra nosotros
en Gilgal, y yo ni siquiera he pedido ayuda al Señor!”. De manera que me vi
obligado a ofrecer yo mismo la ofrenda quemada antes de que tú llegaras.
Saul, olvido que la victoria no procedía de sus manos sino del Dios que lo
había llamado a ser Rey.

Samuel le respondió a Saul:
No obedeciste al mandato que te dio el Señor tu Dios. Si lo hubieras
obedecido, el Señor habría establecido tu reinado sobre Israel para siempre.
Pero ahora tu reino tiene que terminar, porque el Señor ha buscado a un
hombre conforme a su propio corazón. El Señor ya lo ha nombrado para ser
líder de su pueblo, porque tú no obedeciste el mandato del Señor.
Esperar en Dios y su voluntad, debe superar cualquier idea “brillante” que
pueda surgir de nosotros.
Si no lo hacemos, perderemos la oportunidad de ver a Dios actuando a favor
de nosotros y su pueblo.
Perderemos, la oportunidad de ver la gloria de Dios en medio del temor y el
aparente fracaso.
¿Estoy esperando en oración que Dios me muestre su voluntad?
¿Estoy confrontando cada idea y proyecto con la enseñanza de la palabra de
Dios?
Señor, no quiero actuar apresurado por las circunstancias, quiero caminar
solo cuando me des el permiso de dar el primer paso.