El 6 de abril del año 1520, Hernán Cortés tomó una decisión radical: “quemar sus barcos”. Esta acción dejó a sus hombres sin otra opción que avanzar. No había vuelta atrás. De la misma manera, en la vida cristiana, hay momentos en los que debemos decidir seguir a Dios sin reservas. Por ejemplo, Eliseo sacrificó sus bueyes cuando fue llamado por Elías, Pedro dejó sus redes para seguir a Jesús y Pablo renunció a su estatus para predicar el evangelio. La fe implica compromiso total.Por lo tanto, hoy Dios te llama a decidir con determinación. No puedes seguir mirando atrás ni vivir con miedo a lo desconocido. Si Dios te ha llamado a algo nuevo, avanza con confianza y fe, porque Él nunca abandona a quienes le obedecen. Seguir a Cristo requiere rendirlo todo. Puede que enfrentes dificultades, dudas o incluso oposición, pero cada sacrificio por Su causa será recompensado. La obediencia radical a Dios trae bendiciones inimaginables. La Biblia dice en Lucas 9:62: “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (RV1960).

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