El SARS-CoV-2, nos vino a cambiar la vida en todo el mundo, nos ha obligado a ejercer la responsabilidad social de una manera casi desconocida: en varios países, deberemos permanecer encerrados en casa durante, al menos, los próximos quince días.
Para hacer frente a ello, la música es una buena aliada y acompañados de un café… sin azúcar, que mejor, y no hay que dudarlo, sobreviviremos…
Escuchar la letra o simplemente la melodía de una canción puede llegar a transmitirnos un sinfín de emociones e incluso ayudarnos a expresarnos correctamente.
Nos traen recuerdos, nos identificamos con lo que dicen, nos ayudan a "escapar" y nos dan un plus de energía y optimismo que, en estos tiempos, no sobran.
Aprovechando todas estas ventajas, en “Un café… sin azúcar”, tenemos en la mente las imágenes de miles de personas que aplauden el esfuerzo de los profesionales que están trabajando para atender a los ciudadanos en esta pandemia nunca antes vista. A veces, a esta manera espontánea de mostrar gratitud, le sigue un momento lleno de ritmo, una canción improvisada que, de repente, sale de dentro y se contagia con más fuerza que el propio virus y eso es de lo que se trata.

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