Poeticamente, el espacio sagrado es ilustrado como una montaña rodeada de mares.  En la cima del monte está el templo edénico de Dios y en las aguas de los mares está el Sheol y el lugar de la muerte. Apartarse de la presencia de Dios es equivalente a descender la montaña y llegar a las aguas del caos; pasar de un lugar de vida a un lugar de muerte. En contraste, acercarse a la presencia de Dios es salir de las aguas del cayos y subir el monte de Dios.Génesis, de acuerdo a este patrón cosmogénico, narra el descenso de la humanidad del monte de Dios hasta llegar al Sheol. La historia de la caída muestra como la humanidad profana el templo de la creación con lo más impuro y contaminante: la muerte. Cielo y tierra se separan y lo impuro y profano no puede volver a entrar al templo de DiosSin embargo, el propósito de Dios para la creación es que la humanidad viva con Dios. La pregunta fundamental en la historia bíblica se vuelve:  "Quien podrá entrar en el templo del Señor? quién podrá ascender la santa montaña?

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