Esa es mi queja, y tal vez a la larga la falta de sazón que encuentro: las canciones mientras más se vayan extendiendo menos me van diciendo. Unos 2 ó 3 minutos me hubieran gustado para su estilo, porque esa fluidez que comienza a tope: a son de Estribillo poético, carga rítmica luchadora y en excelentes aunque pocos cambios de tempo, hacen que pierda articulación en sus instrumentos, cada uno sigue expresando lo mismo y sin mayor cambio se vuelven monótonos al pasar de una cuantas oídas. El Lado B del álbum es el que tiene mayor solicitud y firmeza, allí se mitigan el sabor un poco agridulce de la primera entramada.

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