En sí su álbum tiene carisma, más que nada. Carisma que se destila con buenos riffs muy hardrockeros y con herencia Thin Lizzy, otros que llegan a ser vueltas imprescindibles de mención serian sus solos apostrofados, con gran sentido del equilibro del álbum. Pero, no estaría del todo aceptable si sólo oyéramos Palm Mute a los desenlaces del solo o vibratos arrecidos sin cuestión; mucho aporta ‘Rocky’ en su Bass; teniendo tesituras muy a lo Judas que devenga una inigualable disposición en brutalitas carices. El “Pero” más grande, sin lugar a dudas, sería su duración. No sólo esta bien que tengan mucha energía o entrega en sus temas, sino que se halla muy ahogante o parco en su dejadez de longitud. No me malinterpreten, los temas largos me encantan siempre y cuando no sean tan lineales o simples, porque para eso me pongo la rola a mitad de estación y que el asunto termine de inmediato.

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