La vulnerabilidad en la escritura es lo que permite que nuestras palabras sean auténticas. Cuando nos mostramos vulnerables, estamos compartiendo partes de nosotros que normalmente ocultamos por miedo al juicio o al rechazo. Sin embargo, es precisamente en esos momentos de vulnerabilidad cuando conectamos de manera más profunda con quienes nos leen.
Ser vulnerable no significa que seas débil, todo lo contrario. Es un acto de gran coraje mostrar tu verdadero yo, con todas tus cicatrices y luchas. Escribir desde ese lugar puede ser sanador tanto para ti como para quienes lean tu historia.

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