El pensamiento de Iván Illich, especialmente su visión crítica y su concepto de convivialidad, se considera altamente relevante y profético en el siglo XXI, ofreciendo herramientas para analizar las crisis contemporáneas y vislumbrar posibles horizontes.La visión profética y el carácter premonitorio de Illich no se atribuyen a una adivinación mística, sino a su capacidad para identificar las patologías estructurales de la modernidad industrial mucho antes de que sus síntomas se hicieran evidentes. Anticipó múltiples crisis, incluyendo la ecológica, social, sanitaria y educativa. Su análisis trascendió los fallos superficiales para penetrar en la lógica interna de las instituciones y las ideologías que las sustentaban. Para Illich, la contraproductividad que observó en instituciones como escuelas y hospitales no era un accidente, sino una consecuencia inevitable del crecimiento desmedido, la profesionalización extrema y la fe ciega en el "progreso". Su crítica del concepto de "escasez" como construcción social de la economía moderna le permitió prever cómo el sistema industrial generaría insatisfacción perpetua y necesidades artificiales. Su noción de que los medios modernos se vuelven contraproducentes más allá de cierto umbral anticipó debates actuales sobre los límites del crecimiento y la alienación tecnológica.La vigencia de las ideas de Illich es destacada por las fuentes. Su legado es significativo y sigue siendo relevante en el pensamiento contemporáneo. Ha habido un renacimiento del interés académico en su obra en las últimas décadas, confirmando la vigencia de sus ideas de los años 70. Su pertinencia persiste y se agudiza en el contexto actual, marcado por crisis multidimensionales. Su núcleo crítico nunca ha sido refutado y hoy resurge con renovada urgencia. Se considera que, con el nuevo siglo, su obra ha alcanzado su "verdadero momento de legibilidad". Su pensamiento continúa resonando con fuerza en el siglo XXI y se considera no solo vigente, sino indispensable para navegar las turbulentas aguas de la época actual. Se le ve como una fuente viva de inspiración y herramientas analíticas para los problemas urgentes de hoy.Los horizontes que abre el pensamiento de Illich para el siglo XXI se manifiestan en su capacidad para inspirar el análisis de los desafíos actuales y la imaginación de alternativas viables.

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