Voz grave y melodiosa. Cantor recio e imagen de malevo. Su figura y exitosa trayectoria en nuestra música, lo ubicaron como un cantante de barrio que sacudía al tango en cada interpretación. Pasó por orquestas connotadas como la de Pepe Basso y el maestro Pugliese. Siguió como solista demostrándonos que con otros acompañamientos no tan famosos, “podía con el paquete”, sabía demostrar al público que sus condiciones estaban intactas y su madurez enriquecida. Seguía dejando parte de su vida en cada tango, se posesionaba hasta las lágrimas en cada letra, se entregaba con cada melodía. Hoy extrañamos su presencia, sus erres arrastradas, su firmeza en el canto, en esa voz que sigue sonando con polenta a través del tiempo.

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