La nueva Estrategia de Seguridad Nacional estadounidense -dada a conocer en enero- apunta a China (además de a Rusia) como competidor y rival estratégico global; en esa coyuntura, Washington intensifica sus reclamos de “libre navegación” en el Mar del Sur de China mientras teje alianzas con Japón, India y Australia reeditando la política de “contención” de la Guerra Fría.
Ante una previsible “guerra comercial” con otras grandes potencias, el presidente Trump dijo en su propia cuenta de Twitter que "cuando un país (Estados Unidos) está perdiendo muchos miles de millones de dólares en comercio con prácticamente todos los países con los que tiene negocios, las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar.
En realidad, el rasgo comercial no es más que un aspecto más de un conflicto que atañe a la competencia hegemónica entre las dos mayores potencias del siglo XXI, y que por eso impregna todos los campos de las relaciones internacionales.


Por otra parte, “La guerra comercial cruzada entre los dos gigantes coloca a Europa en una situación difícil", ya que los europeos "recelan también de las prácticas comerciales e inversores chinas" y en ese contexto "la UE se ha reafirmado en su enfoque multilateral" para presionar a Pekín.



Este es el tema que hoy abordaremos de la mano de nuestros analistas especialistas en el tema que nos ocupa y de reconocido prestigio, D. Iván de Vargas, D. Manuel Gazapo, Miguel Jurado y de D. Fernando Montoya Cerio.

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