La alimentación emocional es un tema que genera muchas  emociones cada vez que hablo de ello. Esto tiene sentido: muchos de nosotros usamos la comida como una forma de lidiar con las emociones negativas y positivas. Así es: podemos comer emocionalmente no solo cuando estamos tristes o abrumados, sino también cuando experimentamos emociones positivas como pasar tiempo con la familia o celebrar logros laborales.
Si comer es una fuente de placer para ti, no hay nada de malo en eso. Pero si crees que tu alimentación emocional te está causando un problema, puede valer la pena examinar tu alimentación emocional más de cerca. En este episodio, comparto tres cosas que debes  hacer si quieres observar tu alimentación emocional y tres cosas que no debes  hacer.
Hablo de la importancia de ser testigo de tus hábitos alimenticios sin juzgar, sentir tus sentimientos y planificar lo que vas a comer. También hablo de algunos de los hábitos alimenticios emocionales que he observado en mí misma al hacer este trabajo y cómo he llegado a amar y aceptar mi cuerpo exactamente como es. Perder peso no debería consistir en tratar de ajustarse a algún estándar externo de cómo debería verse tu cuerpo. Debería ser un vehículo para nivelar tu relación contigo mismo y con tu vida.
Lo que aprenderá en este episodio:

Por qué es tan común usar la comida como una forma de lidiar con las emociones.
Si se supone que la comida es placentera o no.
Cómo llevar una conciencia sin prejuicios a tus hábitos alimenticios y darte cuenta de si comes en respuesta a emociones positivas o negativas.
Por qué te recomiendo que planifiques lo que vas a comer antes de que llegue la hora de comer.
Cómo una mentalidad de dieta puede restar valor al proceso de pérdida de peso y tú relación contigo mismo.
Por qué no debes esperar que el proceso de pérdida de peso sea fácil o lineal.

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