Sus convicciones está sustentados en las palabras del génesis que dice: “Dios creó al hombre a su imagen y semejanza”; lo que Gregg Braden trasmite en sus seminarios es la creencia de que al ser iguales que Dios, está en nuestro interior su poder creador; es más, los seres humanos somos dioses creadores poseedores de la chispa divina y moduladores del universo. En sus libros plasma que la intención y la mente son la mayor arma, pueden causar mucho bien o daño de igual manera.

En sus libros, Gregg Branden Una persona puede sentenciar que algo ocurrirá y el universo hará que suceda, no hay que tener ningún tipo de preparación o pertenecer a alguna religión para utilizar el poder que yace en el interior de todos los humanos y demás criaturas vivientes.


Jesús dijo “donde dos o tres se reúnan para orar allí estaré”, Braden agrega que el orar es muy poderoso y cuantas más personas canalicen sus pensamientos y deseos en que algo suceda, la fuerza de la unión de ese grupo hará que ocurra. El universo es un solo corazón y los seres humanos son las células que lo conforman y hacen latir, aportan energía y pueden hacer que las cosas funcionen.


El mundo tiene su propio ritmo y ciclo que se repite una y otra vez con cada civilización. Gregg Braden nos dice que cuando las civilizaciones antiguas alcanzaron su tope de desarrollo tecnológico descubrieron la importancia del cuidado del medio ambiente y fortalecieron su espiritualidad, unieron la ciencia con el poder interior y evolucionaron interiormente. Si las personas estudian su pasado con detenimiento obtendrán de la historia señales que se repiten, entonces se puede cambiar el futuro y redirigirlo a situaciones favorecedoras para la humanidad.

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