La primera pregunta que suelen hacerle a las víctimas de abuso sexual es, "¿Por qué no hablaste antes?" A veces, las personas preguntan desde la genuina preocupación y muchas otras, desde el juicio y la incredulidad. La realidad es que ser víctima de algo así, en mayor o menor medida, es algo tan complejo que sólo podrían entender las personas que lo vivieron. La culpa, la vergüenza y el miedo es trasladado a las víctimas y el daño psicológico es tan grave, que imposibilita el hablar. En esta historia, la motivación para levantar la voz, surge de un testimonio de otra víctima que compartió su experiencia a través de un escrito, gracias a ella, en mi familia se habló y se sanó. En este episodio, la intención es convertir esta experiencia amarga en una historia que inspire a otras víctimas a hablar, que sepan que sí se puede y que siempre habrá alguien que te crea. De todo corazón, esperamos que las palabras que aquí nos salen desde lo más profundo del alma, les sean de ayuda en sus respectivos procesos. Les mandamos mucho amor. -DyV

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