El senador de María Trinidad Sánchez agarró una primera plana diciendo algo que hemos observado muchos y que hay funcionarios de primer nivel y de ningún nivel que andan con escoltas inmensas, franqueadores que uno no sabe quien los asigna, haciendo alardes de poder.
Dijo un chin más, porque dijo que eran traviesos y que las travesuras podían llevar a Najayo.
A pesar del clima de impunidad frente a la corrupción, que prevalece en el sistema de justicia de la RD, hay cosas que pueden ser tan evidentes que difícilmente un juez pueda cerrar los ojos. Por demás, uno no sabe si la benevolencia de los jueces frente a la corrupción morada sería igual que frente a la del gobierno actual. El caso deL INTRANT es muy reciente para hacer una valoración correcta.
La imagen del gobierno peremeista no está en su mejor momento y depende exclusivamente del Presidente de la República que no puede cubrir con un manto sagrado las metidas de pata de los funcionarios, legisladores o simples “dirigentes” de un partido donde todo el mundo se siente con poder.
Hablando con la gente se percibe una impresión de gobierno en pausa, de una serie de situaciones inconclusas que no tienen explicación. 
Y esa inconclusión va desde las obras de infraestructura hasta los proyectos de leyes que impulsados por el ejecutivo se duermen en el congreso. Mientras tanto el tiempo pasa.
Voy a poner ejemplos, la autopista Duarte, la extensión del metro, la ampliación del 9 o la circunvalación de Baní. Por Qué carajo nada se puede terminar?
Porqué empezar a mover tierra aquí y allí si hay tantas a mitad de camino,  por qué no se han podido terminar las 700 escuelas para las que se hizo incluso una ley.
Cuando uno analiza que a pesar de todo lo que hemos dicho la economía crece y se dinamiza y al país llega gente de toda la región porque es así, hay que concluir que es posible que no haya diferencias para la población de quien gobierne más allá de robar más o robar menos.

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