Anteayer hablamos de que la mitad de los integrantes de la comisión que debe estudiar la reforma fiscal en la Cámara de Diputados no ha presentado su declaración jurada de bienes. Hablamos y hablamos sobre eso y que se sepa ,  no ha pasado nada. 
La cámara de cuentas remitió a los presidentes de las cámaras las listas con los incumplidores y parece que ni Pacheco ni De los Santos se han dado por aludidos. Los incumplidores siguen cobrando sus sueldos y prestaciones como si nada pasara y siendo que no cumplen con sus obligaciones decidirán sobre nuestro futuro inmediato.
Eso es desparpajo, vagabundería y sobre todo irrespeto a la ciudadanía. Ustedes y yo no tenemos plan b, si hay que pagar que pagar pagamos. Si hay que sellar sellamos si hay que asistir asistimos porque no tenemos quien sea por nosotros. No tenemos el privilegio de los riferos que fueron al congreso a decir que entrarían en la ilegalidad o sea que no se acogerán a la reforma.
El gobierno de Abinader  y el Partido Revolucionario Domincano tienen que dar una muestra permanente de que la reforma y sus ajustes no son para los otros, para los de afuera y para los que no disfrutan de las mieles del poder.
Y digo el gobierno y el partido porque las cámaras no son controladas por el ejecutivo.
La oposición política no se ha podido montar en la guagua de las críticas porque nadie cede. Ni los barrilito de los legisladores  ni los fondos que manejan los partidos se mencionan en sus declaraciones.
Desde que se inició la financiación de los partidos a la fecha, nos han costado 28 mil millones de pesos. Solo este año  unos cinco mil millones a pesar de que la credibilidad de esas organizaciones es mínima.
Ayer hablamos de la contratación de una excelente artista para cantar un himno que fue desestimada a última hora por la presión de publicaciones en redes sociales.
La crítica hacia el uso de los fondos públicos debe extenderse y tocar a todo el mundo. Aqui jugamos todos o se rompe la baraja

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