Cuando un pequeño grupo organizaba la primera Marcha Verde y discutíamos la ruta, como es natural se escucharon muchísimas propuestas. Yo, como no experta en marchas y con  las aprehensiones propias de un país que no se había movilizado por mucho tiempo, decía simplemente debemos escoger una calle que dé una buena foto. Una calle que nos dé una portada.
Una foto es lo más convincente que hay y si alguien duda les puedo recordar aquella de Joaquín Balaguer y Juan Bosch levantando la mano de Leonel Fernández.
Hoy es el último día de la campaña electoral y es la última oportunidad que tiene la alianza opositora de dar un golpe de efecto juntando a los líderes Danilo Medina y Leonel Fernández.
Ese junte daría una idea de unidad real o de fuerza, músculo político como se dice con frecuencia. Eso fue lo que hizo el oficialismo ayer con el breve discurso del ingeniero Eduardo Estrella escoltado por 22 aliados.
Eso fue lo que la oposición no pudo hacer a pesar de los intentos de varios dirigentes de cada uno de los grupos y de las presiones de los viejos de la OTAN, algunos de los cuales están agachados pero vivos.
La semana pasada les dije que hubo una reunión en Casa de Danilo Medina en la que se presionaba en ese sentido. También les dije que había rumores de una negociación paralela entre Abel Martínez y Leonel Fernández. 
Posteriormente trascendió que Danilo estaba de acuerdo, Leonel dudaba y Abel se oponía porque obviamente su figura quedaría reducida ante el peso de los ex presidentes de la República. A Miguel Vargas Maldonado nadie le preguntó.
A menos que Dios meta su mano porque queda una jornada y siempre se puede la alianza opositora no ha logrado la foto de los aliados. De los de verdad y si entre ellos no se pueden juntar para una foto ¿qué pueden pedirle a sus bases?

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