En Estados Unidos se dice que  el segundo período de cualquier mandatario es para construir su legado y legado es lo que queda, lo que se hereda, lo que permanece después de cualquier proceso.
En República Dominicana la idea del legado como marca política de un presidente y su influencia en la sociedad no existe. Todavía estamos en la manigua y aquí se lucha por estar en el poder igual ahora que al inicio de la República.
La idea de Abinader del candado constitucional choca con la práctica de su propio partido donde un viejo liderazgo y un equipo de popis coinciden en las mismas prácticas. El poder por el poder mismo.
Después de la Era de Trujillo tres presidentes han modificado la constitución para volver a la reelección: Balaguer, Hipólito y Danilo. La reforma del 94 fue para frenar y el domingo Abinader intentará que el modelo americano quede sellado. Como no soy abogada no sé si eso es posible.
Ayer les adelante que todavía no es motín pero en muchos sectores del PRM crece la preocupación sobre un 2028 sin un relevo definido. Con muchos aspirantes y sin nadie que trascienda en las mediciones reales.
La oposición está desvencijada, Danilo no puede pero Leonel quiere y puede. A pesar de que su tasa de rechazo se acerca al 40% Fernández puede capitalizar la debilidad de su antiguo partido.
La crisis de la imagen presidencial que es el gran activo del PRM tiene preocupados no solo a quienes aspiran a la herencia sino a los simples que solo quieren estar en el poder. La frase aquella de que es mejor estar arriba con presión que abajo con depresión se ha puesto de moda.
El turco que es rico de cuna, ha construido su legado y lo podrá exhibir. Propuso los cambios más importantes en la vida nacional de las últimas décadas: Unos fueron aceptados y otros no. 
Quienes solo quieren permanecer en el poder piensan que estos cuatro años serán muy largos o muy cortos.

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