Nuestra clase política, de la acción, el trabajo o proyectos que les son propios hablan ya muy poco o nada. Creo que les han convencido también de que todo eso nos aburre y entonces el modelo a imitar son los descacharres tipo el extinto Sálvame o similares. Pues ojalá no nos interesaran sus ultrajes mutuos, sus mofas y sus ironías. Eso a nosotros no nos resuelve nada, al contrario, relega nuestros problemas al final de la fila.

Ahora Si que les veo muchas veces que son rigurosos seguidores de aquel “programa, programa, programa” Que clamaba Julio Anguita. Pero lo han entendido mal. El califa de la izquierda subrayaba con esa repetición la importancia de tener un programa político sólido, para que las promesas políticas, a veces muy ideales y queda bien, tuvieran por escrito un texto que las bajara a tierra y así pudieran hacerse realidades de mejora de vida.

Pues los políticos actuales lo han entendido más bien cómo si “programa, programa, programa”, a qué programa voy, al de Ferreras, a Ana Rosa, Con la Griso, o con Silvia Intxaurrondo. En eso ha quedado. Quítate la penita de las cosas públicas escuchando esta Anatomía del Día. Con Cristina Maestro.

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