“El que quiere celeste, que le cueste”. Muchas veces he escuchado esta frase, y sin darme cuenta la había incorporado en mi vida casi como una regla. Otras podrían ser “Para marcar la diferencia hay que sacrificarse”. “Los que tienen mucho dinero seguro que en alguna cosa rara andan metidos”, “para llegar al poder hay que pisar cabezas”, “yo no merezco esto tan bueno para mí”. Frases, tantas y combinadas en cada persona. Simplemente frases, que las escuchamos como inofensivas, y nos van condicionando sin darnos cuenta.

Las cosas que nos decimos a nosotros mismos, y que vamos incorporando en nuestra vida, juegan un rol importantísimo en nuestro desarrollo y en las acciones que hacemos como seres humanos que somos. Si algunas veces no nos damos cuenta del motivo por el que nos “auto-boicoteamos” las ideas, las propuestas y el logro de los resultados que nos proponemos, o tal vez si ni siquiera intentamos arrancar el camino hacia ellos, es muy probable que esté haciendo de las suyas alguna creencia, y que nos esté frenando para no accionar.

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