Ayer les contamos en SER Deportivos Valencia que Carlos Corberán y los jugadores repasaron en Paterna las imágenes del desastre del domingo en Barcelona. Lo habitual, vamos. Imagino que será una semana de mucho análisis en la Ciudad Deportiva y mucha pizarra, pero a mí me preocupan más las heridas internas que tienen que ver con el grupo, con los equilibrios entre futbolistas y la fuerza del grupo. No me gustó que Javi Guerra se quedara pidiendo la camiseta a Raphinha mientras sus compañeros se disculpaban con los aficionados valencianistas. Y me preocupa el efecto que puedan tener las declaraciones de Hugo Duro a VCF Media, dando a entender que algún jugador no da más de sí en determinadas situaciones. La temporada pasada, la torpeza de Rafa Mir el 31 de agosto y sus efectos colaterales dentro estuvieron a punto de llevarse por delante al equipo. Corberán tiene trabajo. De pizarra y de lo que no es pizarra.

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