En Lucas 23:26-49, se narra la crucifixión de Jesús. Simón de Cirene es obligado a cargar la cruz de Jesús mientras es llevado al Gólgota. Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén, advirtiéndoles sobre futuros sufrimientos. En la cruz, Jesús es crucificado entre dos criminales, ora por el perdón de sus verdugos y asegura a uno de los criminales que estará con Él en el paraíso. Durante tres horas, hay oscuridad sobre la tierra. Jesús finalmente entrega su espíritu a Dios y muere. Un centurión romano reconoce su inocencia y justicia. La multitud regresa a casa con pesar y las mujeres que lo seguían observan desde la distancia.

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