¿Qué pensarías si te dijera que un cortometraje que trata sobre la soledad grabado hace meses se ha reconvertido en una visión del tema del momento: el coronavirus?

No es sensacionalismo. No es ningún pretexto para publicitar nada; es una realidad. Olmo Blanco, artista multidisciplinar, comenzó a grabar en enero del 2019 un cortometraje cuyo tema principal, la soledad, iba a ser el hilo conductor que llevaría toda la historia de muchos de nosotros y del mundo actual.

Lo que pensaba que iba a ser un tema que tocaría a muchas personas por la historia que hay detrás de las imágenes, acabó siendo el único tema en la agenda informativa de nuestros días: el confinamiento, la soledad de las ciudades a causa de la epidemia del coronavirus. Mera casualidad, que pone en evidencia que el tema de la soledad traspasa la pura narrativa de un cortometraje para convertirse en la realidad más cruda que nos ha tocado a vivir a todos nosotros.

Olmo Blanco comenzó a rodar el cortometraje en enero del 2019 sin imaginar que aquello que estaba haciendo iba a convertirse en realidad un año después. Un gran trabajo que le llevó a viajar desde Madrid a París a Boston, Nueva York o Venecia, ciudades a las que ahora sería impensable ir. En ellas, quiso retratar una soledad ensordecedora a través del propio artista vagando absolutamente solo por las diferentes ciudades.

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