El mito de Dédalo e Ícaro ilustra por una parte el arte como búsqueda de la libertad. Dédalo es símbolo del ingenio. Es él quién construye el laberinto que aloja el temido minotauro, las alas que ayudarán a Ícaro a escapar de su encierro y la inquietante vaca de madera que busca satisfacer la perversa pasión de Pasifae. Ícaro representa tanto el anhelo de libertad y trascendencia como las ambiciones desmesuradas, la inteligencia insensata. El minotauro, es un profundo símbolo de soledad, pero la lucha contra el minotauro representa la lucha interna contra la salvaje bestia que llevamos dentro.

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