En el Nuevo Testamento Marcos 10, 46 al 52 el ciego y mendigo Bartimeo, al costado del camino, grita para que Jesús lo sane.
Los empresarios cristianos tenemos dificultades para gritar. La mayor parte del tiempo somos reactivos, esperamos un evento que nos lleve a protestar, hacer un comunicado, hacer o corregir una ley, convocarnos para consensuar una posición. Nuestra proclama debe ser más proactiva y no siempre reactiva, y debemos animarnos a exponernos y ser evaluados, aunque ello traiga críticas. Para pedir uno debe hacer previa y correctamente las tareas. Recientemente la ADEC inicio la convocatoria a los Premios. Es una excelente oportunidad para revisarnos, prepararnos y exponer lo que hacemos bien, y cómo ayudamos a la sociedad y cumplimos la Palabra en los negocios. Superar la inquietud a que una evaluación nos consuma tiempo, a competir y no ganar, a exponer mis fuerzas y debilidades, y aprovechar para formalizar, ordenar y mejorar todo lo que esté al alcance, aunque sea un proceso que implique varios años. El país puede mejorar mucho si cada empresa mejora internamente.

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