La infancia espiritual. «No creas que para amar a Jesús es necesario hacer cosas extraordinarias.
No, no; basta con mirar su amor, y dejarse amar, haciendo por amor todo lo que se hace, hasta las cosas más pequeñas.
No puedo hacer grandes cosas, pero puedo hacer las pequeñas con gran amor.
Jesús no mira tanto la grandeza de las obras, sino el amor con que se hacen.
¡Qué consuelo para las almas pequeñas como la nuestra!
Podemos amar mucho, y demostrarlo en mil cosas pequeñas de cada día.»
Santa Teresita de Lisieux (carta 143 a su hermana Celina)

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