Los testimonios personales son fundamentales para conocer la situación de Los Llanos de Aridane cuatro años después. José Manuel Cabrera pudo reconstruir su casa. Su hijo, sin embargo, aún no ha tenido esa oportunidad. Tenía su propiedad en montaña Cogote, hoy reside en la rotonda de El Sombrero. “Siento nostalgia del lugar que tenía, con la gente que había”. Juan González lo perdió todo y sigue esperando, reconoce desde lo lejos el lugar exacto donde se encontraba su propiedad, en el camino de La Vinagrera. Recibe ayuda emocional, aunque dice haber aprendido “no tener tranquilidad, pero sí con esa no rabia", todavía es mucho el camino que tienen por delante para reconstruir del todo sus vidas. Lucía Rosa González también perdió su casa. “Encontramos el lugar exacto por coordenadas de Gesplan y nos sentamos sobre las coladas, donde estaba la sala, donde estaba la cocina”. Su experiencia personal la plasmó en un libro, ‘Diario de un volcán’ que llegó a presentarse en Alemania. 

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