No se que les pasa a algunos periodistas, que piensan, que el tener un poquito de fama les da derecho a decirle cualquier cosa a un entrevistado. Prejuzgan con excesiva liviandad, sin haber jamás siquiera cruzado palabras con aquél. - - - 
Repiten, y repiten, habladurías y mentiras, arrojadas por algún inescrupuloso que vaya uno a saber qué intereses mezquinos persigue, y luego continúan construyendo esa imagen desdibujada que finalmente ellos mismos terminan creyendo. Si la cosa quedara ahí vaya y pase. Pero luego expectoran esa falsa construcción a sus oyentes, día tras día, y contribuyen así al odio general hacia esa persona.

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